sábado, 31 de diciembre de 2011

Growing



De vuelta de un viaje de recogida. 

Por primera vez, desde hace muchos de carnet, he cogido el coche yo sola en un viaje "largo", con autopista de por medio (de por inicio, por medio y por final...) y caótica conducción por Barcelona ciudad, ¡con el miedo que me daba!
Parecerá una tontería, pero a mi me ha hecho sentirme mayor, muy mayor (que no vieja, repito) y muy autosuficiente. Durante las últimas semanas no dejaba de repetirme, la gente de mi alrededor crece y yo no... Una amiga tiene guardia la noche de reyes, otra a recibido su primer lote de Navidad, y yo... yo estas Navidades volveré a ir a la biblioteca y seguiré estudiando para mis exámenes de enero, es lo que tiene escoger una carrera tan larga... Pero de repente, decido coger el coche, crecer un poco y ya que estamos...pensar y hacer paralelismos.

Durante mis dos horas por el camino del crecimiento descubrí que en la autopista de la vida:
  • Lo primero y más importante es vencer el miedo y decidirse.
  • Que una vez dado el paso y vencido ese miedo, la ilusión es tal que ries en voz alta, aunque estés sola.
  • Que el silencio, si no lo buscas, es molesto.
  • Que la música alegra la vida y si la puedes cantar "a grito pelao" más.
  • Que cuantos estás sola, prestas mas atención a tu entorno y además, entiendes lo que te dicen las canciones.
  • Que los viejunos que inventaron los dichos populares se equivocaban, es "la letra con música entra".
  • Que los lentos, cuando les vas a adelantar, se ponen al ritmo adecuado. Por orgullo supongo...
  • Que durante el camino hay que adelantar sin pisar al de al lado.
  • Que hay ayudar a entrar al que se incorpora, porque va más lento y necesita su espacio...
  • Que los "ricos" corren más por el simple hecho de llevar un coche más caro y no piensan que yo también puedo correr pero he escogido este ritmo.
  • Que estos últimos, van mas rápidos, me adelantan y llegan antes, pero que sus métodos no son los más legales ni adecuados.
  • Que cuando aparece una cuesta arriba hay que pisar un poquito más el acelerador.
  • Que cuando llegas a destino hay un cartel que te dice "BENVINGUT a la Terminal 2".
  • Que cuando ves el cartel, saltarías de alegría.
  • Y que al final del camino, logrado el objetivo, ¡siempre aparece otro destino!
Cada uno que saque las conclusiones que quiera o pueda. El que quiera entender que entienda :)

Y ahora, rodeada de media familia, feliz por ser un poquito más mayor :)

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Elfear





Eso es, hacer el elfo.  Encerrarme en mi habitación durante horas, envolviendo paquetitos, a escondidas

O en mi caso, hacer el paje. Pero es que "el paje" (además de sonar feo... sé que habrá quien estará haciendo bromas mentales fáciles...) es como... menos ilustrativo. Los pajes recogen cartas, las llevan a las casa familiares de los Melchores, Gaspares y Baltasares, vigilan que los niños sean buenos hasta el último momento (lo que, cuando eres niño, te obliga a gritar a ultimísima hora "¡Melchooor, que voy a ser buenaaa!", y que después te lo recuerde tu padre año tras año) y cargan con los regalos, cual sherpa. Sin embargo, los elfos están ahí, en todo el meollo: que si "pon el dedo aquí para poder hacer el lazo", que si "no queda papel", "córtame otro trocito de celo", "escribe el nombre con buena letra"... hacen el trabajo divertido, de arriba a abajo por la fábrica de juguetes, participan en todo el proceso. Y encima comen bastones de caramelo. Y llevan cascabeles :) Los pajes... suerte si se comen una mandarina y un trozo de pan duro si consiguen robarlo en algún balcón durante un descuido de los camellos...
Así que yo aunque haga el paje, llamadme elfo, por favor.

Aún no he hablado de la Navidad. De mi Navidad y de lo "chachi" que es en mi casa. Esto, además, podría ser una crítica para los que nos desean "Feliz Falsedad". Me encantan los árboles llenos de lucecitas, o "pasar todo un fin de semana con mamá decorando la casa" (aunque este año... ¡no me haya esperado!); me encanta el pasar tiempo con los míos o "que mis abuelos, que viven muuuuy lejos, puedan estar con nosotros en casa"; me encanta el consumismo o "poder disfrutar de un día entero de compras abuela-mamá-yo juntas, mientras abuelo-papá se convierten en setas en un banco", me encantan los regalos promovidos por los centros comerciales o "pasarme semanas escondiendo una sorpresa y ver sus caras cuando las abren" y me gustan las tradiciones, luchar para que no te toque el haba del roscón, ir a ver la cabalgata en familia comiendo chuches y quicos, tener que partirme en ocho porque todos quieren que les acompañe a comprar regalos, reirnos descaradamente cuando el abuelo le escupe a la tarta, ver a papá cortar jamón, las tarjetitas menú que hace mamá en Noche buena, meternos tres generaciones en el baño a maquillarnos...

Y me gustaba hacer pestiños. Pero sin miel.


Hoy es "happy Wednesday" y ya tengo casi todos mis regalos comprados (¡bien!) y envueltos :) Es víspera de bienvenida, que mañana viene Pablo, ¡por fin! :) y aunque, como estamos de vacaciones, no ha habido teatro... los que teníamos morriña, hemos compartido "la canción" :)

viernes, 23 de diciembre de 2011

Forzar la suerte







Porque a veces... ¡o la pones entre la espada y la pared o se niega a dejarse ver!


Llevo unos días que parece que me ha mirado un tuerto. 

El miércoles, por circunstancias de la vida (nunca mejor dicho...) no hubo teatro, iba a ser la última jornada teatral del 2011, pero acabamos "celebrando" que cuando ya no puedes disfrutar la vida, es mejor dejarla marchar... La que iba a ser nuestra "última cena" cena caníbal (no comemos placentas como los cienciólogos, pero comemos sushi hasta que nos sale por las orejas...), acabó siendo la "última cena" de sólo seis...
Ayer, me levanté un poco pachucha  e intentando evitar que siguiese la mala racha, me dije: Patri, píntate bien esos ojazos que tienes (no, no me hace falta abuela... Abuela no te enfades), sal a la calle y ¡cómete el mundo! De paso, pensaba aprovechar, ensordecer con el ruido de la tarjeta y volver a casa cargada de regalos. Pero, resulta que el tuerto me seguía mirando de reojo, ¡el muy c...! y "el regalo" que buscaba parece estar agotado en TODA España, pero... ¡¡qué os pasa!?, ¿me leéis la mente?, ¿tan poco original soy?, ¿tan al día estoy?

Más tarde habíamos quedado para disfrutar de un poco de teatro gratuito, pero como somos españoles y estamos genéticamente modificados para llegar tarde... lo hicimos, llegamos tarde, ¡dos minutos! y nos cerraron la puerta... ¿será actor el tuerto? En fin... decidimos pasar una buena tarde en compañía, ir de tiendas juntos, merendar y hacer tiempo hasta el siguiente pase de teatro... al que no pensábamos faltar, todos, excepto Mónica... que acabó sola en el cine. La obra resultó ser el mayor tostón que nos podíamos haber tirado a al cara (espero que nadie de la "Mostra de teatre d'hivern de la UB" lea esto...). Y me fui a casa, con mi bronquitis, mis escalofríos y todo mi malestar. ¿Podía haber ido peor?
Esta mañana, me desperté sin despertador, (¡bien!), me hice la maleta y salí volando para volver a casa, por Navidad, como El Almendro, cogí un taxi, porque llegaba tarde... y tras 10 minutos de cola... la chica de delante mío ¡se llevó el último billete de autobús! 



Y ahí ya me planté. Cogí a la suerte por los cuernos y le dije... ¡vete a joderle la vida a otro! Así que me me dirigí al conductor y, cual perro abandonado, le pedí que me dejase subir si había faltado alguien... y ahí estaba yo, en el autobús en el que no había plazas. ¡Triunfadora! :)


Así que todo esto me ha hecho pensar. ¿Qué es lo que pudo ser y no fue? Cuando por decisiones del azar (espero, porque como de verdad haya un tuerto... ¡juro que me lo cargo!), se te van cambiando todos tus planes... ¿habría sido mejor lo que esperabas que pasase que lo que al final pasó? Es lo que en economía llaman el "coste de oportunidad". ¿Habría encontrado el regalo que al final encontré si hubiese encontrado el primero? ¿Habríamos tenido esas conversaciones tan interesantes si en vez de cenar seis hubiésemos sido veinte? ¿ Habría sido la primera obra igual de tostón y encima no habría disfrutado de una tarde de paseo en compañía? ¿Lo pasaría mejor Mónica viendo "The artist"?


Nunca lo sabremos, así que me quedo con MI SUERTE y feliz por haber llegado a tiempo a casa :)

jueves, 15 de diciembre de 2011

"Rehappy wednesday"





Podría no decir nada más que el título. Y con eso lo diría todo.


Por razones obvias (al menos para los que llegamos a las 6 am a casa...) el "happy Wednesday" de esta semana llega con retraso. 




 ¿Qué hay mejor que los miércoles? Nada. Pero... ¿qué hay mejor que un miércoles de teatro con cena incluida y regalos de amigo invisible? ¡¡Que sea con La Piscifactoria!! Y que por tanto, esté llena de peces. Y esta vez...no sólo metafóricamente hablando, ya que los peces (vivos o no...) fueron los reyes de la noche... ¡oh! Dios Pez...alabado seas! (¿era así?) Regalos personalizados o despersonalizados, con crítica o sin, hechos a mano o no...pero todos regados de sentimiento piscifactoril (lo siento ateos a esta religión, a esto se le llama fe y jamás llegaréis a entenderlo). Hasta el "Fish eye" rondaba entre nosotros. ¡Oh! Gran Ojo de Pez que todo lo ves... ¡revela tus fotos pronto!




Un pez revelador del futuro y un ojo consigue proyectos forman, a partir de ahora, parte de mi vida (y esto ya si que ha sonado sectario total, por si no lo había conseguido reflejar bien en el párrafo anterior). Sin dejar de darle importancia al elixir del eterno despertar matutino... el "Chai Tea", que últimamente está muy presente en mi vida cotidiana.








Y hoy resaca. Resaca de felicidad. Esa sensación difusa de alegría que te deja el cuerpo flotante y que, aunque no sabes muy bien si es buena o mala, no deja de recordarte cuál es el motivo por el que estás así.

Gracias La Piscifactoria por ¡darme un "Happy Wednesday cada semana! :)

lunes, 12 de diciembre de 2011

Happy puenting




Con su correspondiente "Happy wednesday" y "Nasty Monday". Si es que nunca falla.

Ya estoy de vuelta de mis minivacaciones amorosas-estudiantiles en Santiago. ¿¿Qué nos has traído?? ¿¿qué nos has traído?? Un buen dolor de muelas, ¿qué os parece? Pero esa es la única parte mala, bueno, esa y volver. Pero no me puedo quedar allí eternamente, si no...perdería la emoción.

Así que ahora, pero sólo durante los próximos 17 días, toca vivir del recuerdo. Y ese recuerdo es: ¡una sonrisa de oreja a oreja!





Entre mi último "Happy Wednesday" y hoy, este "Nasty Monday", he visto como en una hora y poco de avión, pasaba de un sol espléndido a meterme debajo de la borrasca que cada día dicen en las noticias que "entra por Galicia", así, para ambientar la situación; he tomado "Chai Tea" con leche cada mañana, he conocido la biblioteca de Derecho, con su fuente, sus niñas pijas y sus adolescentes empapados en hormonas; he comido cocodrilo y tigres; he visto a un castañero asar castañas dentro de un tren; he visto magia y he tirado todas las cartas por el suelo; me he reído, mucho; he castigado a viejas, sí Pablo, viejas, con la mirada hasta que se les ha caído al cara de vergüenza, por mirarme la cabeza como si llevase orejas de conejo, de conejo loco y calvo; he comido empanada, hamburguesa, comida china, patatas fritas, aros de cebolla, pastelitos y donuts hasta que me han salido por las orejas, sí, las de conejo calvo y loco; he dado grititos de horror irremediables durante los primeros 10 minutos de patinaje sobre hielo al lado de la catedral más bonita del mundo, me he muerto de la risa durante los 30 siguientes, sobre todo al caerme por culpa de un "ayayayay, que te caes" y he sido capaz de silbar y cantar relajadamente los últimos 10; he intentado una vez más, sin éxito, salvar el mundo con conversaciones hasta las tantas; he intentado, también una vez más y también sin éxito, comprender conceptos incomprensibles de economía; me he pasado 20 minutos disfrutando delante de un expositor de Moleskine, con lo que me gustan, para comprársela a otra persona; he hecho un Belén con muñequitos de los paquetes de galletas; he recibido todos los cariñitos que me faltan cada día, de golpe, todos juntos, hasta llenar el cupo; me he tomado el mejor GinTonic del mundo, en el Tupperware, del que tanto había oído hablar; me he duchado en una ducha más grande de 0'5 metros cuadrados; he sido humillada por la Wii fit al preguntarme si "me suelo tropezar mucho por la calle"; me he puesto gorro y guantes por primera vez este "invierno"; me he reído, más; he sufrido un ataque de cosquillas interminable con su consecuente final en forma de ataque de asma; he disfrutado de las "historias de aeropuerto" , que tanto me gustan, de los demás a la ida y he creado una yo misma: mochilera "boja en Santiago", solitaria, con el rimmel llegándole a la altura de las rodillas, adivina de qué va su vida, a la vuelta...

Y al llegar, Barcelona me esperaba con una puesta de sol que, vista desde el avión, teñía el horizonte de un naranja profundo precioso, mientras todas las luces, más que de costumbre, que ya casi es Navidad, salpicaban la ciudad y delineaban la costa. Como pequeñas gotitas de oro centelleantes. Para darme la bienvenida y recordarme que: ¡ahora toca disfrutar del espíritu navideño! de las luces, los arboles, los dibujitos de nieve en los cristales, la gente feliz por la calle y ¡todo eso que tanto me gusta! Y que cuando, por fin, la Navidad de verdad esté aquí, me vuelvo a juntar con Pablo y toda esta historia ¡vuelve a empezar! :)


Y para acabar, una confesión: Señora de los villancicos... ¡¡Éramos nosotros los que cada día le dábamos la vuelta al muñeco de nieve del espejo del ascensor!!

lunes, 5 de diciembre de 2011

DIY




O lo que es lo mismo: ¿Te gusta? ¿Sí? ¡¡Lo he hecho yo!!

Este acueducto estoy en casa, en casa de mis padres quiero decir, con todo, todo, lo que conlleva (que ya expliqué aquí).

Como mamá y yo siempre hemos sido muy "manualimanitas" y ya que , motivo número uno y principal, mi cabecita pelona necesita adornos... nos hemos dedicado media tarde a ¡hacer pendientes nuevos! Así que hemos comprado cuatro bolas, unos hilos y nos hemos dado un momento para recaudar por casa todo aquello que pudiese servir, pulseras rotas, collares viejos, plumas de "vete tú a saber qué"... y nos hemos reunido en el salón a trastear durante horas. Por suerte, como soy rarilla, nunca llevo dos pendientes iguales y con hacer uno de cada ya valía. Pobre mamá si no, con el pendiente tan bonito de crochet que me ha hecho... ¡hubiese sido imposible que le salieran dos iguales!


                                    



Después, mamá me ha buscado una de esas cajas vacías, preciosas, con pinta de caras, de bombones que ya te has comido y que te regaló alguien que o te quiere mucho o le has hecho un favor muy muy grande, donde hemos guardado todas las cosas que nos han sobrado, así, como si nos dedicásemos a eso y lo fuésemos a volver a hacer...


Mientras, mi padre, a lo lejos, nos amenizaba la tarde con su música. Eso me gusta, me recuerda a los domingos por la mañana de cuando era pequeña y me despertaba con la música puesta por toda la casa :)

Así que hoy, muy muy feliz, no sólo por tener muuuuchos pendientes nuevos, sino por ser ¡fruto de nuestras manitas! Que eso siempre sienta bien :)

jueves, 1 de diciembre de 2011

Cambiar el ritual







El matutino, el "molesto".

Hace un mes más o menos, una de mis alegrías era madrugar, empezar una rutina. Y ahora mi felicidad es dormir toda la mañana. Sí, esa soy yo. Me encantan las rutinas...durante dos semanas, tres a lo sumo y después... ("i després, la teva manera d'avorrir-te", no os frustréis, esto sólo lo entienden los integrantes de la secta), después...¡me aburro! y ¡quiero cambiar! ¡ya! Si, soy así de bipolar. Así que tras unas cuantas semanas de madrugón... hoy, por fin, he podido dormir hasta media mañana.

Y la otra media...¡me he dedicado a disfrutarla al máximo! Ahora, las duchas son el mejor momento del día, porque al salir...¡no tengo que secarme el pelo! Así que después de una ducha de 5 minutos más de la cuenta (hay que reinvertir el tiempo...) he empezado mi nuevo ritual: "Cómo no parecer un niño de 10 años", en el que debo pintarme los ojos como una puerta; peinarme las cejas, con los dedos, a todas horas, ponerme muuuucho colorete y comprobar que tengo las orejas limpias (siempre las tengo, antes también las tenía, pero ahora me da la sensación de que se ven...) Así que tras mi nuevo ritual matutino, me he puesto unas medias color mostaza para contrastar con todo el maquillaje de persona mayor y he hecho algo que llevaba mucho tiempo con ganas de hacer, que al fin y al cabo, hoy es "Happy Wednesday" y había que celebrarlo de alguna forma.

He cogido mi portátil y me he ido a desayunar, ¡sola!, a "El Café de les Paraules". ¡Igual que la gente interesante!

Muchas veces, cuando veía gente sola con el portátil (o ahora, en su defecto, con sus tablets y demás...), me preguntaba qué hacía alguien solo, ahí, en una mesa, tan absorto en lo que quiera que fuese. Y ahora ya tengo la respuesta, lo mismo que en su casa, pero aquí lo hace con pinta de intelectual.

Así que ahí estaba yo, con mi "modo inteligente ON", tomando té, mientras escuchaba jazz y divagando, entre cotilleo y cotilleo de fb, sobre qué hacían/pensaban los demás. El anciano que ha entrado con su perro, tuerto (el perro), y ha pedido un café para él y un croisant para su mascota, a la que llama "cariño"; la pareja empalagosa que también se llaman "cariño" en voz alta pero luego pasan mutuamente el uno del otro; el hombre de mediana edad que escribe, escribe y escribe lo que quizás en un futuro sea un buen libro...


¿Y ellos? ¿Qué pensarían ellos de mí? La tía solitaria de edad indefinida con pintas de huerfanita... Pero, ¿qué más daba? Yo estaba,allí, hoy, feliz disfrutando de mi mañana libre, llenando mi cabeza de pájaros y vaciándola de cosas más inútiles. Brindando con mi té de vainilla, con leche por favor, por un nuevo ¡Happy Wednesday! :)


domingo, 27 de noviembre de 2011

Hacerlo ya




Por fin. Después de muchos años planteándomelo.

No se por qué raparme el pelo era algo que me venía rondando la cabeza desde hace tantos años, ni tampoco por qué me hacía tanta ilusión. Tampoco sé, que es lo que me ha impedido hacerlo durante todo este tiempo. No era exactamente miedo, creo que ha sido mi madre (a pesar de que cuando le dije que lo haría, me pidió con voz de pena que me siguiese cortando sólo mi media cabeza...) la que me ha enseñado que el pelo crece, quizás el tiempo y la experiencia también hayan ayudado, pero, a la vez, no podría encontrar una palabra que definiese mejor la sensación que me inundaba cada vez que, por algún motivo, volvía a pensarlo.

Pero esta vez fue distinto. Hasta ahora nunca había tenido un motivo contundente para hacerlo. Sé que no hacen falta más motivos para hacer algo que te apetece que sencillamente ese, que te apetezca, pero, podría decir entonces que nunca me había apetecido lo suficiente.



Cuando Cristian, el director del grupo de teatro dijo sutilmente (yo diría que incluso con una mirada de reojo, pero quizás esto fue fruto de mi mente suspicaz...) que había pensado que alguien podría cortarse el pelo para unas fotos, me faltaron milésimas de segundo para saltar de la silla. Yo. Yo me cortaría el pelo. No había razón mejor que esa.
Pasé unos días, largos, de dudas. Pero a medida que empecé a decirlo en voz alta, la idea fue cogiendo cada vez más cuerpo, más fuerza, mucho más sentido. Hasta que, llegado un día, no había vuelta atrás. Aún no lo había hecho, pero sentía que, a partir de ahí, si no lo hacía, iba a decepcionarme a mí misma.



Hoy, llegado el día, en medio de las tan esperadas "colonias de teatro", me he sentado en una silla en medio de un corro de unas veinte personas, que esperaban con morbo ver como me convertía en la "noieta rapada de Nevers", iluminada por un foco cegador, que no me dejaba distinguir si ese calor lo producía él o mis nervios, enfocada por una cámara de fotos (o una profesional y varias "cotillas") y bajo unas manos cargadas con unas grandes tijeras de cocina. Y así, he ido viendo como mechones y mechones de pelo caían repetidas veces sobre mis piernas, sobre mis hombros, hacia el suelo. Y después, máquina de cortar en mano para acabar con una cabeza al #12. Y feliz :)






 

   


Pocas personas podrán pasar por una experiencia como ésta. Y además, tenerlo fotografiado y grabado desde tantos ángulos, para que cuando el pelo crezca, a parte del recuerdo, siempre queden "les fotografies, les reconstitucions, a manca d'altra cosa".

Muchas gracias Cristian. muchas gracias Montse, muchas gracias "La Piscifatoria" por vivir conmigo un momento tan especial para mí como éste :D

jueves, 24 de noviembre de 2011

Repetir





Ritual del "Happy Wednesday".


Si es que ya dicen que el Hombre (y el hombre) es animal de costumbres. A mi las rutinas me encantan (después me canso de la monotonía y quiero cambiar, pero eso en algún próximo capítulo) y más cuando son para bien. Con "para bien" no me refiero a ser responsable, ordenado y metódico (aptitudes y actitudes que suele ir unidas a un buen cumplimiento de la rutina) sino el verdadero "para bien", el de disfrutar, el de pasarlo bien, el que aporta alegría.

Así que para celebrar mi ya famoso Happy Wednesday (y no es que haya nada que celebrar, es que el propio miércoles es siempre día de celebración. Y con esto ya llevaríamos dos posts seguidos de celebraciones...) si no cae una ronda de cervezas con charla amena, ¡cae obra de teatro! Y ya van dos en el último mes :)

Hemos ido al Club Capitol a ver "The guarry men show", una obra políticamente incorrecta, divertida, con toques de humor basados en el "caca, culo, pedo pis" pero de dos rombos, en la que el pudor es una palabra que no existe y que no recomiendo si tienes un fuerte sentido de la vergüenza ajena. Lo mejor, la especie de musical que monta el "coro griego al estilo Chicago", lo peor, el miedo que he pasado mientras nos apuntaban con una pistola y me empezaba a plantear si aún seguía siendo teatro.

Con esta obra se apuesta, según llaman ellos, por la "entrada inversa", en la que "entras gratis" y sales pagando lo que tu crees que se merece la obra que acabas de ver (o en su defecto, si eres estudiante, lo que te puedas permitir). Desde mi punto de vista, como espectador, es una forma más asequible de disfrutar del teatro y también mucho más justa. 








Para ponerle la guinda al pastel de hoy, ya tenemos los papeles de nuestra próxima obra distribuidos. Ahora es el momento de empezar a prepararla individualmente para ser capaces cuanto antes de empezar a  ponerla en conjunto. Para eso, como buen empujón inicial, este fin de semana nos reunimos en las "primeras colonias de teatro" de este curso. Dos días de convivencia, desinhibición, familiaridad y diversión asegurada (que porno-sectario ha quedado esta última frase)

Así que, por el simple hecho de ser miércoles y por todo lo que conlleva, hoy una gran "Happy Wednesday Smile" :) 

sábado, 19 de noviembre de 2011

Salir - BNO





De fiesta. De la rutina.

El momento feliz de hoy es motivo de celebración. O quizás la celebración es el motivo.

Bloggers Night Out es una fiesta para bloggers y seguidores (¡toma! yo soy de los dos) que se celebra en Barcelona el próximo jueves 24 de noviembre en el  Eclipse Sky Bar, en la planta 26 de Hotel W.



Desde que lo descubrí (aquí) he estado dándole vueltas al coco. "Contra y pro, sí y no, lo que al mundo da sabor" (esto es una canción de Merlín el encantador, antes de que os rompáis la cabeza intentado descubrir porqué os suena). Hasta que alguien me dijo, ¿cuantas oportunidades vas a tener como ésta? Ninguna. Pues, ¿a qué esperas? Y decidí que sí, que me apetecía ir, conocer a otra gente de este mundillo en el que estoy metida de cabeza desde hace sólo casi dos meses, pasar una noche diferente.

Hoy, recibí la respuesta de Nona (Aiketa dentro de este mundo), buscadora de felicidad en "1 any en 365 fotos", culpables (los dos, ella y su blog) de que yo esté dándoos la vara por aquí cada 3 ó 4 días (y ellos sin saberlo, los pobres). ¡Vamos juntas! :)


Así que, próximo jueves... ¡Bloggers Nigt Out en Barcelona! ¿Quién se apunta?

jueves, 17 de noviembre de 2011

Descansar





Mentalmente hablando.

Hoy no hay siesta. Decidido, cuando tengo cosas que hacer me sientan mal. Me cuesta despertarme y ponerme en marcha. Me aturden el cerebro.

En medio de una semana frenética. Ni siquiera ha habido "Happy wednesday". Demasiado ajetreada, demasiadas cosas en esta cabecita loca, responsabilidades por delante, examen, academia, votar, ¿algo más?

Así que, a cambio de la siesta, me he dado unos minutos de descanso físicopsíquicoemocional en mi hamaca. Sí. Tengo la suerte de tener una hamaca colgante en una terraza cerrada en la que casi no hace frío. Desde aquí, se ve el Tibidabo, imponente, las nubes grises que están volviendo a cubrir Barcelona se mueven a su merced, haciendo dibujos, campando a sus anchas por el cielo, tomándose su tiempo, buscando su sitio. Se oyen los coches pasar, pero no es un ruido molesto, es casi armónico. Me hago un ovillito abrazando mi té preferido (gracias Jessi, si alguna vez lees esto, por hacerme descubrir que el te chai es el mejor del mundo), la taza me calienta las manos y el punto donde está apoyada en mi barriga. No cierro los ojos. No me duermo, pero no pienso. Aplico mis pobres conocimientos de yoga y cuando mi cabeza intenta pensar, siento la respiración, el aire entrando por la nariz y llegando a los pulmones y así, de nuevo, me olvido de pensar.

Y al despertar de este sueño no onírico, me doy cuenta de que éste, a falta de otros, ha sido y va a ser mi momento feliz de hoy y me dispongo a escribirlo, porque éste es mi sitio de los momentos felices del día :)

lunes, 14 de noviembre de 2011

Hacer propósito de enmienda





Aún sabiendo que volveré a caer. No volveré a dejar 
trabajo atrasado.

 


Hoy vuelve a ser lunes. Sí, mido la intensidad, felicidad y las expectativas puestas según el día de la semana que sea. Y si me decís que vosotros no, no me lo creo. Pero últimamente los lunes, que hasta ahora eran un día sin más, deprimentes a veces, sí, pero insulsos, sin emoción, ¡se me están volviendo rebeldes! Según la revista "Muy interesante" el peor día de la semana es el martes, pero yo discrepo. 
Sobre todo cuando vienes de pasar cinco intensos días de "kit-kat" absoluto de la vida real con tu pareja.
A parte de mi nuevo apartado de los miércoles, voy a tener que coger la iniciativa de la Sala Apolo y crear un "Nasty Mondays para arreglar".




Como se va intuyendo, el día no empezó nada bien. Tenía que ir al banco a hacer un ingreso del viaje de final de carrera (inciso, a ver si va a ser el viaje lo que le da vidilla a mis lunes..., sigo) pero al llegar, mi número de cuenta tenía 21 números. Podría haber optado por quitarle un número al azar y probar suerte...pero seguro que las posibilidades de pérdida eran bastante mayores, así que no lo hice. Escogí la opción correcta, que suele ser la que más pereza da y más de mal humor te pone, y volví a casa a comprobarlo. El problema era fácilmente solucionable, sí, pero llegué tarde a prácticas. Justo el lunes, el día que el médico piensa que llegas tarde porque aún te dura la resaca...
¡Bah! Al final la mañana fue bastante bien, si eludimos la parte en la que mis pacientes, que tienen depresión, se pasan la mañana llorando y yo tengo que forzar mi mejor sonrisita de "venga mujer, arriba! arriba!"
No estaba yo para tirar cohetes, pero salí de allí soñando con la siesta que me iba a echar después de comer, hasta que me despertó de sopetón la lluvia...y esta vez no llevaba paraguas. Así que agaché la cabeza y caminé lo más rápido que pude, sin correr, hasta casa y al llegar...¡los ascensores no van! ¡Y vivo en un séptimo! En serio, ¿pero qué le pasa a este maldito lunes? Y entonces fue cuando vi, que era el momento de aplicar el "siempre hay una parte positiva" y el "tú arreglas este día como que te llamas Patri"

Así que después de decirme que mañana tendré el culo más duro que ayer, gracias a esos maravillosos siete pisos de escaleras, me decidí a solucionar este oscuro lunes y me apliqué un "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy". Que cuando lo acabas da una sensación de autosatisfacción que no puedes con ella :)

Pues eso, que cogí un trabajo de Gestión hospitalaria que tenía pendiente sobre "los recortes de sanidad" y me puse a escribir sobre economía como si supiera. Eso también es divertido, probadlo. Sin levantarme hasta acabar.

En algún momento, como estaba parca en palabras y me hacía falta imaginación, recurrí al proyecto de una amiga. Es una Escuela de Competencias (que os invito a visitar, pinchando el enlace), entre ellas la creatividad e innovación, así que pensé que me podría ayudar. Después de echarle un vistazo, vi que no podría ayudarme con mi trabajo de gestión, a eso tendría que enfrentarme yo solita, pero  sí que es un proyecto muy pero que muy interesante, basado en el desarrollo de competencias útiles. Sobre todo ahora que el mundo laboral está como está.

En fin, que ahora estoy por las nubes, que ese trabajo me estaba ya pesando mucho a las espaldas, cada vez más, y encima se me acababa el tiempo. Y además, le he dado una nueva utilidad a mi escritorio, para pasar a ser lugar de estudio en vez de trastero :)

Y con esto y un bizcocho... ¡Feliz Nasty Monday! (otro día, ya si eso, que rime...) :D

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Madrugar.



Con alegría.

Ya lo sé, madrugar no es el gran hobby de la mayoría. No suele ser el mío tampoco pero es que...ya vuelve a estar aquí el "¡Happy wednesday!"
Hoy es además, miércoles especial. Empieza mi estancia en psiquiatría. ¡¿cómo?! Sí, todos sabíamos que me hacía falta desde hace un tiempo y bueno...¡Que no! ¡De prácticas! De las que, por cierto, tengo muchas ganas... Así que me toca madrugar, algo que no hacía por rutina desde hace bastante tiempo. Pelearme con el despertador, decidir qué me pongo, hacerme mi tecito caliente, quemarme la lengua por impaciente, desayunar viendo las noticias y, ahora también, que ¡haya alguien más despierto! Eso se agradece, ver que no eres la única pringada...

A parte de todo esto, hoy, para rematar mi "happy wednesday", ¡viene Pablo! Si es que, de verdad, tendrían que cambiar el viernes por el miércoles como nuevo día oficial del "¡por fin es...!"

                   

Así que me espera un fin de semana movidito, ¡pero qué ganas!

Gente madrugadora, y no, ¡Feliz miércoles a todos! :)

lunes, 7 de noviembre de 2011

In crescendo




El ritmo. Del día.

Y es que después del día "pian piano" de ayer, el de hoy no pintaba mucho mejor.

Debo darle las gracias y otorgarle el premio al "mejor aguafiestas del fin de semana" a mi gran resfriado otoñal. A él debo agradecerle también mi cara de lerda (boca semiabierta y mirada de perro pachón), mi nariz de pimiento morrón y mi voz gangosa. Así que esta mañana, ésta era mi situación. Se me planteaba por delante un día poco interesante, cuya mayor emoción iba a ser la caja de antihistamínicos que iba a estrenar.
Me propuse intentar mejorar el día y decidí estrenar ropa (creo que fue ahí cuando pulsé, sin querer, el botón grande y rojo de "¡warning! día emocionante a la vista"), camisa vaquera nueva y cinturón nuevo "estilo western", fruto del fin de semana de compras con mamá.
Todo empezó a animarse justo después de vestirme, me avisaron de que ya estaban las notas del examen que hice hace dos semanas. ¡Crisis! Después de un año de Erasmus en Italia donde te decían las notas al momento, ya no me acordaba de los nervios, el mal cuerpo y el temblor de manos que me entra cada vez que tengo que mirar una nota por internet. Busca la página, pon la contraseña, espera (mis ordenadores nunca han sido muy rápidos...), busca el archivo, búscate a ti y...¡sorpresa! Aprobado. ¡uf! ¡gracias! Primera emoción del día. Con sonrisa y todo. Y eso que es difícil reír y sorber mocos a la vez...
Al menos salí de casa más animada, dirección a la biblioteca (destino al que no llegué), con la intención de adelantar algo de trabajo que tenía (y sigo teniendo...)  pendiente. Mientras intentaba solventar unos problemillas de unos asuntos del viaje de fin de carrera (sí, otro amasijo de preocupaciones más) pasó un amigo corriendo, con la mano en la cabeza y la cara ensangrentada. ¡¿Eh?!
Sí. Y a partir de aquí es cuando el título del post de hoy cambia a: Crónicas de urgencias.
Se había dado un buen golpe en la cabeza  y todos sabemos que la sangre es muy escandalosa y que tras limpiarla todo parecía menos impresionante, pero era posible que necesitase puntos. Así que, los dos a urgencias, con la bata blanca puesta para que nos atendiesen antes. Parecía que funcionaba. En todos los papeles ponía: paciente "de la casa", incluso remarcado con fluorescente amarillo. "De la casa". ¡¡¿¿De la casa??!! Ala. Pues ya podemos aplicar el refranero español. "En casa del herrero..." o "Donde hay confianza..." ¡Casi cuatro horas para 2 miseras grapas! Eso sí, las horas en urgencias, si tienes paciencia (he aquí el significado de "paciente") pueden ser muy divertidas. A las viejas les encanta quejarse y gritar "enfermeraaaaa, me hago pipí", "enfermeraaaa llevo aquí ya dos horas y estoy operada tres veces de corazón", pero la palma se la llevan si el del box de tu lado grita: "enfermeraaaaa, es pescado! pescado!" Y ante esto, saquen sus propias conclusiones.

                         
Foto gore no apta para aprehensivos.
  

Pues sí, al final, día completito donde los haya. Las apariencias engañan, así que coged con ganas cualquier día, por malo que parezca al principio, porque siempre está a tiempo de dar un giro de 180º. 

Eso sí, mi cara de peggy sigue aquí y mis pañuelos parecen de alambre de espino, pero si tengo suerte, aún puedo dar pena y que alguno de mis compañeros me haga la cena :P

jueves, 3 de noviembre de 2011

Espectar



En este caso, de ser espectador, no de estar expectante. Cuya diferencia entre etimologías he buscado y no encuentro resolución.

Y es que hoy... tataratatatarata (esto son redobles...) ¡¡tchán!! ¡vuelve a ser miércoles! Lo sé, lo sé, renuevo de miércoles en miércoles, pero ¿qué le voy a hacer? sería ya mucho repetir si volviese a decir que es el mejor día de la semana. Me estoy planteando una nueva sección del blog y llamarla "Happy wednesday" :)

Hoy ha sido un día un tanto especial. dado que ha caído en mis manos una gran responsabilidad. Ir a dar una charla sobre trasplantes. ¿¡Yo!? Sí, yo. Yo que hasta hace poco (y aún hoy) ¡suelo ser la que las recibo! Yo, que no soy nadie. Yo, he dado una charla y lo que es peor: he contestado a las preguntas que surgieran al finalizar. ¿Es que el mundo se ha vuelto loco o qué? ¿En qué momento he dejado de ser oyente para ser ponente? ¿En qué momento he crecido? ¿No se suponía que aún estaba en proceso? En fin, cosas sobres las que reflexionar, un día más.

Pero lo mejor del miércoles (sí, lo he vuelto a repetir, mira, miércoles, miércoles, miércoles, ¡miércoles!) ha sido rematar el día con teatro. No con mi teatro, no, sino con el teatro de otros. Hemos ido a ver "Amor, sexo y otras pamplinas con las que se entretiene el ser humano" en el Café Teatre "El Llantiol". Según su propia descripción "un cabaret erótico-cómico para una actriz y un pianista". Según la mía, un espectáculo completo: música en directo, voz en directo, semi-baile cómico, una gran actuación y una manera bonita y graciosa de reflexionar sobre el amor. El enamoramiento, las rupturas, cómo superarlo y cómo, sin remedio, volver a caer. Sin duda muy recomendada para los que tengáis ganas de risas y la oportunidad de acercaros un miércoles a este pequeño y acogedor teatro de el raval. No apto para gente en medio de una ruptura sentimental. Más que requeteapto para una buena noche "de chicas", si puede ser, acompañada de un par de botellas de vino ;)

Hoy, más que feliz porque la vida con un poco de teatro es ¡MÁS DIVERTIDA! :)

domingo, 30 de octubre de 2011

Volver





A casa. Por navidad todos los santos.

Y aquí estoy, "de puente". Tirada en el que siempre ha sido mi sofá, el que tiene la forma de mi culo (todo un proceso de adaptación, que mi culo ha ido creciendo con los años...), preguntándome si es "volver a mi casa" o "volver a casa de mis padres" y es que... ¡ya llevo un cuarto de mi vida viviendo fuera! Pero lo que sí tengo claro es que es "volver", volver donde siempre. Unas veces mejor y otras peor, pero donde siempre.
Resulta que con los años de "independencia dependiente" (sí, dependiente del dinerito de papá y mamá, sobretodo) empiezas a tener tus propias costumbres, tus propios horarios, tus propias manías (o no tan propias... aprovecho para decirte, mamá, que mis compañeros de piso te odian porque por tu culpa, o gracias a ti, tienen que ordenar los cubiertos en el lavavajillas...) y cuando vuelves a "tu" casa, tienes que volver a adaptarte a aquellas costumbres que te parecían tan lógicas años atrás. Tienes que volver a hacer tus oídos al ¡no andes descalza! y al ¡no te acuestes tarde!. Vuelves a hacer tu estómago a comer a horas decentes, comer postre y cenar todos los días... esas cosas normales, que con veintitrés años dejas de hacer, así, porque sí.
Pero lo que sí me he dado cuenta es de que vuelves al "refugio". Vienes cuando puedes o cuando "estás de bajón" porque aquí te cuidan. Papá me cuida. Mamá me cuida. Mis amigas me cuidan. Y aparece una nueva rutina. La rutina de "las cosas que hay que hacer cuando Patri viene a casa". Y esas cosas...¡son siempre buenas!
  • Salir a hacer estragos en la tarjeta de mamá (normalmente lo llamamos "ir de compras", que queda menos consumista). Jugar a "controlarse" pero hacerlo poco. Pelearnos porque siempre nos gusta lo mismo. Comprar cremitas que no me compro cuando estoy sola (porque prefiero seguir comiendo a final de mes...). Mirar zapatos que no nos vamos a comprar...
                                     

  • Reunirme con mis amigas en la misma cafetería de siempre (o en la otra, también la otra de siempre) porque a mí me gusta. Contarnos todo lo que ha pasado en el último mes, a veces en los últimos dos meses, a veces incluso en los últimos seis meses. Contarnos lo que va a pasar en el próximo mes, hasta que nos volvamos a ver. Prometernos que seguiremos en contacto por fb. No hacerlo.

                                       

  • Ponernos hasta arriba de donuts mientras vemos telebasura. Parar cuando nos salen por las orejas.
  • Despertarte con un beso de mamá, un beso de papá y un lametazo en el ojo de la perra. Que te digan ¡levántate! ¡levántate, que es tarde!. Mirar el reloj y que sean las 10:45h...
  • Comprar revistas insulsas de moda y maquillaje. Leerlas tiradas en el césped al sol. Reconocer que nos gustan, aunque sea una vez cada seis meses. Poner de excusa que somos mujeres.

  • Hacer actividades en familia. O lo que es lo mismo, pasarnos horas y horas cada uno delante de su ordenador.

  • Y de vez en cuando...si a mí me da...(recordad que esto se trata de cuidarme...) ¡meternos juntas en la cocina! Hoy, dadas las fechas, hemos hecho panellets y han quedado perfectos :)

Fin de semana feliz porque esta vez, por suerte o por desgracia, no se me acaba mi estancia en "hotel casa-refugio" hasta el martes, así que ¡a seguir disfrutando! Que "aquí no hay monstruos ni cosas raras..."




¿Qué planes hay para este puente? ¿Que haréis el día uno?


miércoles, 26 de octubre de 2011

Querer ser yogi




Sí, querer. Conseguirlo, solo a medias. Y yogi, de yoga, no el oso (aclaración para principiantes en el mundo yógico)

Escribo medio en trance, recién llegada, no porque mi primer intento de meditación haya sido muy efectivo, sino porque es como te quedas después de una hora estirando tu cuerpo como si fueras un chicle.
Pero desde luego, tengo que decir, que es una experiencia muy reconfortante. Llevo ya bastantes años practicando yoga (combinado con periodos de descanso variables, según las oportunidades, mi tiempo libre y mis ganas...) y lo recomiendo muy mucho.
Es verdad que no siempre se consigue el objetivo, pero eso se supera con práctica. Se supone que debes conseguir liberar la mente de pensamientos, dejar de preocuparte y tan solo "ocuparte", sentir la respiración, sentir cada punto de tu cuerpo, cuál tiene tensión y cuál no. Durante ese momento eres sólo un cuerpo en equilibrio con el ambiente, los problemas no existen, porque no están, sólo estás tú. Es algo así como un "Carpe diem" pero más espiritual. Vive el momento, ese momento, justo ese, ese en el que tienes una pierna estirada, la otra encogida por encima de esta última, tu torso en torsión (valga la redundancia...), el brazo izquierdo presionando tu rodilla derecha, tu brazo derecho haciendo presión sobre el suelo, dirigiendo la mirada por encima del hombro derecho y sin olvidarte de respirar, siéntelo, así, tal cual. ¿Aún te ves capaz de pensar en el examen del mes que viene? Pues eso es que eres mujer, porque los hombres aún están pensando dónde poner la pierna derecha...

Si, además, puedes combinar esta hora dedicada única y exclusivamente para ti, para tu cuerpo y para darle vacaciones a tu mente, con un buen paseito de ida y vuelta, cambiando la ruta que uses habitualmente, para conocer cosas nuevas, disfrutando de las nuevas hojas de colores cálidos del otoño, de ese rayo de sol que te calienta la cara, de los gorriones remojándose en los charcos...ya, ¡día diez!



                 



A parte de todo esto, hoy...¡vuelve a ser miércoles! ya lo sé, suele pasar una vez cada semana...pero ¿qué queréis que os diga? a mí me sigue emocionando. Así que hoy será un día once o incluso...veinte, gracias de nuevo a "La Piscifactoria" 

lunes, 24 de octubre de 2011

Oír llover



Que no, como oír llover.

Con muy poca originalidad, hoy conmemoro la primera tormenta que cubre toda España a la vez este otoño. Y es que, a pesar de que yo me cansaría de la lluvia permanente del norte en 2 días, ¡los días de lluvia molan! Sobre todo si tienes que estudiar.

Te despiertas, casi temprano, y no sabes muy bien si no hay luz porque no hay sol o en realidad son las legañas. Dejas sonar el despertador diez minutos más, otros diez, diez más, "estos diez ya son los últimos", otros diez y por fin te levantas. Hace más frío que ayer, te acercas a la ventana y...¡llueve! "¿llueve? ¡mierda!". Ahora te vas desanimada pensando "¿qué me pongo yo hoy si llueve?" Pero de repente te das cuenta de que es otoño y tienes un buen montón de ropa calentita que aún no te has puesto, unas botas casi nuevas para mojar tranquilamente y un laaaargo día de estudio por delante. La parte del estudio es importante, si tienes el día libre...igual ya no es tan buena idea que llueva.
Te tomas tu té calentito, con leche por favor, como cada mañana. Un buen pegote de rimmel, esto también es importante, teniendo en cuenta que se te encrespará el pelo justo un segundo después de salir de casa, necesitas estar guapa todo el día. Y ya estas lista para salir, mochila con apuntes a cuestas, camino a la biblio para disfrutar de tu día lluvia.

La tormenta chapoteará todo el día sobre las ventanas de la biblioteca, que si tienes suerte tendrá unos ventanales tamaño XXL, los relámpagos de vez en cuando crearán comentarios de asombro entre los demás estudiantes mientras iluminan la sala. Mientras, tú, sonríes cuando los truenos hacen temblar el suelo y repiquetear los cristales. ¡No te estás mojando! Y tienes banda sonora original para todo el día.



                           

Hoy, con muchas sonrisas...¡que hubo muchos truenos!, zapatos mojados y feliz porque...¡me acordé de salir con paraguas! :)



PD.: los comentarios y seguidores siguen siendo bienvenidos y serán agradecidos desde ¡ya! y también en su debido momento. A los que seguís reticentes...¡¿a qué esperáis?! Próximamente habrá extorsión.

jueves, 20 de octubre de 2011

Dramatizar



En el buen sentido de la palabra. En su sentido artístico.

Hoy es miércoles. Sin duda alguna, el mejor día de la semana (vale, lo acepto, los viernes solían estar bien...pero en las últimas semanas se me han ido complicando, gracias a mis 5h seguidas de academia...) A lo que iba, sí, miércoles, el día de poner en práctica el famoso "mens sana in corpore sano". A parte de mis recientes sesiones de estudio, que llevo a cabo desde hora variable a hora variable, dependiendo del sueño y las ganas; en mi apretada agenda de este ajetreado día se disputan posiciones la clase de yoga y el grupo de teatro. Vale, para que nos vamos a engañar, es mentira, "La Piscifactoría" se lleva el primer puesto casi sin despeinarse.

"La Piscifactoría", cuyo nombre (al que llegamos tras años de ser un grupo "casi sin nombre") tiene una historia muy larga y muy querida por todos los integrantes, reúne no solo las características típicas del teatro, sino todo aquello que uno podría esperar de las mejores dos horas y media de la semana.

Aprender a oír con la mirada; a leer los pensamientos; a escuchar a los demás y a uno mismo; mirarte por dentro; hablar con sentimiento; dejarse llevar; sentir otras manos, quizás sudorosas, nerviosas, controladoras; confiar ciegamente en quien te guía; jugar; reír; gritar; oír como te gritan, sentirlo, estremecerte, pelos de punta, emoción absoluta, inigualable.  

Si alguien hoy se siente abierto a aceptar un consejo, yo propongo nuestro juego. Busca una pareja, en quien confíes, o no. Cógela de la mano, déjate coger, cierra los ojos, pídele que te lleve y déjate llevar, tan solo confía. Caminad, juntos, cada vez más deprisa, hasta correr. Siente la tranquilidad de saber que no te vas a chocar. Después, cambiad el rol. Ahora tú guías, no puedes permitir que le pase nada, siente la presión de saber que está en tus manos.

La frase de hoy: Delgada línea separa la coincidencia del destino.

Hoy, como cada miércoles, FELIZ por pasar un día más formando parte de "LA PISCIFACTORIA". Gracias chic@s :)


PD.: Se aceptan comentarios y seguidores con agrado. Como segundo consejo del día, acojan esta proposición, en breves dejaran de aceptarse y pasaran a ser exigidos. ¡Gracias! :D

domingo, 16 de octubre de 2011

Popurriear




Definición: mezclar mil y una actividades en un fin de semana. A cada cual mejor. Con la mejor compañía.

Comer helados. Pasear por el borne. Reír, mucho. Descubrir rincones. Dunkin' Donuts. Ironizar. Llavors d'origen. Skate en Universitat. Hipotetizar sobre mafias. Estrenar botas. ¡Magia maestro! Dormir. Comer asiático hasta casi vomitar. Jugar al "juego de Pablo". Que un mago te llame guapa despreciando a las demás y pasar vergüenza. Besos. "Sindi" y "Sincu". Las mejores bravas en La Barceloneta. Llegar hasta la puerta de la catedral y darnos la vuelta porque llevamos pantalón corto. El peor mojito del mundo. Planear viajes futuros y próximos. Libros y cartas. No tocar un fogón en cuatro días. Ravalear. Salir en un artículo de "El País". Descubrir personajes made in BCN. Copas y cervezas. Cenar comida palestina. Hacer contactos. Cantar en el "Quilombo" al estilo Parma. El café de les paraules. Amilkar. Desañuño en McDonald's a las 5 de la mañana. 


Y hoy, a pesar de la despedida, feliz ¡ESPERANDO LA VUELTA! :)

miércoles, 12 de octubre de 2011

Disfrutar viajando




A Grecia. A Atenas.


Me declaro adicta a los viajes. A los aviones. A hacer maletas. A hacer fotos. A la adrenalina, la ilusión, la aventura. Adicta a la adicción a mis viajes. Y es que cuanto más viajo, más quiero. Y a dosis más y más altas.
Fe de ello es mi mochila viajera. Yo guardo los recuerdos y ella un trocito del país al que vamos. Véase parche, pin, imperdible, cordón o similar, todo vale, ella los recoge todos. Por el momento: Escocia, Marruecos, Rusia, Hungría, República Checa, Polonia, Francia, Croacia, Holanda, Alemania y ahora: ¡Ya tengo mi nuevo parche! ¡Grecia!


Respecto a Grecia...¡uf! No sólo ver, sino tocar, columnas que llevan en pie más de 2000 años. Caminar por las mismas piedras por las que han pisado pies y pies durante más de 20 siglos. Que te deslumbre el mismo mármol. Envolverte de una acústica teatral inigualable, pensada para perdurar en el tiempo.  Vestirte mentalmente con túnicas, viajar en el tiempo y ver que es Sócrates quién te rodea. Empaparte de mitología griega...


Respecto a Atenas, como ciudad, es una pena que haya olvidado la grandiosidad que tuvo durante tanto tiempo. Es una ciudad con la autoestima baja. Con pocas ganas de volver a esa inmensidad que la caracterizó un día. Necesita un empujoncito, un tanto de iniciativa que la ponga donde se merece.






Hoy, aunque de vuelta, con una gigrandullesca sonrisa por haber conocido una nueva ciudad, un nuevo país, una nueva cultura.


Y ahora, a otra cosa mariposa, que mañana ¡viene Pablo!



viernes, 7 de octubre de 2011

Prepararme para ser mayor









Mayor. Que no vieja. 


Los que hayan tenido la suerte o la desgracia de escuchar mis pensamientos y divagaciones durante el último año, sabrán que una de mis últimas decisiones ha sido: "dejaré de decir "cuando sea mayor" el día que tenga un trabajo y un sueldo, porque...ese día seré ya mayor".

Y, para eso, parece que cada vez ¡falta menos! Hoy ha sido mi primer día en la academia de preparación para el examen MIR. Hasta hoy, siempre que hablaba de estudiar el MIR lo hacía en futuro. "El curso que viene", "después del verano", "el mes que viene", "mañana", pero ahora se acabó. Ya no hay vuelta atrás, ya estoy dentro, ya ha empezado. Es esa mezcla tan interesante que combina ilusión con miedo, esa que, en realidad, lo único que provoca es un fuerte subidón de adrenalina. Y ahí estoy yo. En pleno proceso de subida. De 0 a 100 en 3'6 segundos. En la exosfera de las ganas de superarme a mí misma. 



En el principio del camino que me lleva, poco a poco, en 16 meses exactamente, hoy soy ¡CASI MÁS MAYOR! y ¡mucho más feliz!

Ahora, a celebrarlo con una hamburguesa ¡con mucho extra de todo! Y mañana, a Grecia :)


jueves, 6 de octubre de 2011

Dar vida








O comúnmente llamado "donar sangre".  Así que hoy he sido útil y eso hace sentir bien a cualquiera.

Hay quién siempre me dice que el altruismo no existe. Que todo se hace por uno mismo y que lo que haces como algo "altruista" lo haces en realidad por sentirte mejor contigo. Puede que tenga razón en parte, pero... yo me siento bien bebiéndome un batido de chocolate o comiéndome un helado (de chocolate no, por favor!) pero eso no ayuda a nadie. Así que podemos llamarle egoaltruismo si queréis (etimología: "ego": juego de construcción de piezas pequeñitas con unos muñequitos que se mueven poco; "altruismo": toda esta historia que estábamos hablado...)

El caso es que han tenido una iniciativa increíble, al menos desde mi punto de vista. "Tinc sang de sibarita", como su propio nombre indica, relaciona las donaciones de sangre con los bueno hábitos alimenticios. Por lo que en esta ocasión, en vez del clásico "bocadillo y coca-cola", te ofrecían un mini-menú creado por una selección de los mejores chefs, entre ellos Ferran Adrià, que ha estado presente en la facultad. Ha sido promovido por la fundación "Alicia" ("Ali"mentación + cien"cia") y ¡ha sido un éxito!, han recogido más de 400 unidades de sangre, entre ellas...¡la mía! :)



No se si alguna vez habéis necesitado una transfusión de sangre, yo por suerte no; pero sí he visto decenas de veces como les cambia la cara y las fuerzas a la gente que la recibe y solamente por eso...¡merece la pena! Os animo a hacerlo, es una experiencia muy gratificante, muy "egoaltruista".

Hoy el post podría haber ido sobre muchas cosas, ya que me puse mi camiseta favorita (de esas que cuanto más vieja está más te gusta y cuanto más te gusta más vieja está...) y el día fue rodado, pero... "más que refelicidad" de hoy: ¡DAR UN TROCITO DE MI VIDA PARA SALVAR A OTRAS PERSONAS! :D

¡Con 470 ml menos de sangre...también se vive!

lunes, 3 de octubre de 2011

Estrenar subrayadores



Así de simple. Quizá sea difícil de entender que esto cause felicidad pero es que ahora... ¡toca estudiar!


No hace falta decir que a nadie le gusta cumplir con sus responsabilidades y estudiar es una de las más tediosas. ¿Solución? Pintar la vida de colores. Es como tender la lavadora con la música a todo volumen o...limpiar el baño en ropa interior y con el pelo recogido al estilo samurai, mientras cantas algún infrahit "a grito pelao".


Como buena estudiante de mi último año de medicina, no puedo estudiar si previamente no he creado un arcoiris sobre mis apuntes. ¿Qué le vamos a hacer? Somos freaks. Pero, ¿qué esperabais? No se aguantan 6 años de estudio si no le pones un poco de salsa al asunto.


Por eso, el momento más feliz de hoy, mi primer día de estudio, ¡ESTRENAR SUBRAYADORES! Próximamente, la importancia de los post-its de colores chillones ;)


PD.: Este post va con guiño a alguien que hoy se lo merece.

sábado, 1 de octubre de 2011

Para empezar: Crear un blog



Pues sí. Después de muchos "esto no es para mí", "me da miedo", "no sabré" aquí estoy.

Este blog ha nacido como causa y solución. Tras la vuelta de un año de Erasmus en Italia, mi vida está un poco destartalada, como si hubieran revuelto en el cajón de mis cosas y ahora no pudiese encontrarlas.

Aquí voy a intentar plasmar todas esas pequeñas cosas que son necesarias para disfrutar el día a día. Todos esos momentos que, a día de hoy, tengo que "obligarme" a hacer para volver a hacerme un huequecito en mi propia vida. No pretende ser, ni muchísimo menos, un diario; sino más bien un motivo para moverme y este movimiento, a su vez, un motivo para seguir con el blog. Parece que por sí mismos se autosustentan, ¿no? ¡Ésa es la idea!

Por lo que, razón número uno por la que hoy me siento un poquito más a gusto y más feliz: ahora, ¡TENGO UN BLOG!