Con plátano y a lo loco.
Tras mi vuelta y con mi SD card mental colmada de buenos momentos, -suficientes, espero, para aguantar otros 6 meses o, aún mejor, para darnos cuenta de que tenemos que juntarnos más-, los pies doloridos, síndrome de abstinencia cervecetapil, Devendra Banhart sonando repetidamente en mi cabeza (y en mi ordenador) y mi cerebro lleno de humor negro y/o absurdo sin nadie que lo entienda, veo que ya todo son recuerdos. Y nunca he tenido muy claro si los recuerdos, por buenos que sean, son buenos o malos.
Suelo ser de las que sufren "depresión postvacacional" y había que atajarla antes de que apareciese y convertir mi vuelta en un nuevo "Chachituesday".
No soy nada cocinitas. Casi nunca se ha quejado nadie de mis comidas -digo "casi" porque UNA vez hice unos garbanzos incomestibles, que llevan persiguiéndome años y años y parece que lo harán forever long-, pero eso es todo. Cocino para comer, punto.
Por eso me da mucha envidia la gente que disfruta cocinar, ¡¡quiero que a mí también me guste!! ¿Se puede querer que te guste algo?
Pero hoy ha sido diferente. Me he empeñado en que quería hacer un bizcocho. No había levadura y no, no era de esos días en los que te apetece bajar a buscarla. Tendría que olvidarme de ese perfecto bizcocho humeante, increiblemente hinchado, sin hundir por el centro, dorado y perfectamente desmoldable que iba a hacer (como sólo me lo estaba imaginando podía ser todo lo irreal que yo quisiera...) y entonces ¡tachán! entro aquí y decido que mi próximo postre ideal iba a ser ¡¡arroz con leche!! (tiene además un alto componente sentimental, así que cumpliría doble objetivo)
Y cuando estaba ya todo en marcha... ¿qué es eso? ¿un sobre de levadura? ¿ahora? Y el objetivo ha sido triple. Arroz con leche y ¡¡bizcocho con plátano!! Que, sorprendentemente, ha salido increiblemente hinchado, sin hundir por el centro, dorado y pronto descubriré su perfecta desmoldabilidad.
¡¡Dulce Chachituesday a todos!! Yo, aún estoy sorprendida de la buena pinta que tienen, los dos, mirándome con carita de "cómeme" desde la mesa de la cocina donde están enfriándose, y más aún teniendo en cuenta mi genial técnica llamada por los expertos: "A ojo de buen cubero"
Y a mí, también perfectísimo, arroz con leche, cuya receta he cambiado un poco respecto a la original, hasta le he rallado yo misma la canela :)