miércoles, 25 de abril de 2012

Hiroshima mon amour






Desatar la pasión como pistoletazo de salida a una historia más que efímera.
Tan efímera y tan eterna a partes iguales.


Engañar a tus propios fantasmas con aquel desconocido como una forma de desahogo. Callar ese desasosiego. ¿Qué puede haberse guardado tan dentro y tanto tiempo que queme de esa forma, a diez mil grados, a la temperatura del sol?


Ya ves, se podía explicar.


Explicar para que el olvido pueda hacerse tangible. Ese olvido, tan necesario, que forma parte de la mente de todos y cada uno. Y pide a gritos poderse hacer tangible, una vez más.


Tú también has sido, eres y serás Hiroshima. Tú, has podido, puedes y podrás ser Never, en Francia.






Llegados a este punto, lo único que me queda por gritar es ¡¡mamá, quiero ser artista!! Quien sabe si me equivoqué el día que encaminé mi futuro de cara a la ciencia. Me gustaría pensar que a partir del día del estreno, representaríamos una y otra vez durante un mes, o dos, un día detrás del otro. Y que el teatro estaría lleno cada día. Que no cesarían lo nervios, las risas entre bastidores, las pruebas de peluquería, los aplausos. 


Pero mientras eso llega, os diré:


La Piscifactoria presenta: "Hiroshima mon amour"


5 de mayo a las 20:00h
6 de mayo a las 21:00h


Centre Cívic Parc Sandaru, Buenaventura Muñoz 21, Barcelona


Y estáis todos obligados invitados a venir. Vosotros necesitáis teatro en vuestras vidas, hacedme caso, y nosotros necesitamos todo vuestro apoyo. Si no llenamos, recordad, la culpa no será nuestra sino vuestra, nosotros lo vamos a hacer igual de bien... Y el fantasma de la culpa os perseguirá torturándoos en vuestros sueños, hasta que lo expliquéis y ayudéis al olvido a poderse hacer tangible, una vez más

lunes, 23 de abril de 2012

Atrezzare





Que se acerque "el gran día" es sinónimo de nervios, al menos por mi parte. He vivido esta sensación cada año, con la única diferencia de que año tras año somo más maduros (sin hablar de cronologías, que también, sino psicológicamente) y como tal, más conscientes de que tiene que salir bien. Y no tiene que salir bien sólo porque vaya a haber gente mirándonos, que nos vaya a juzgar. No. Que a mí, probablemente, ya me juzgan cuando canto y bailo por la calle. Tiene que salir bien por amor propio -el mismo amor propio del que hablábamos ayer, el que no te pueden herir-. Porque es una parte de ti que has hecho crecer durante un año y quieres que, antes de "morir", pase a la memoria de todo aquel que lo vea como algo inolvidable. Que pasen los años y puedas decir "¿Te acuerdas cuando representamos Hiroshima mon amour?" y todo el mundo dibuje una sonrisa. 


Nervios es sinónimo de ocupar tu mente con teatro cada segundo en el que no estés haciendo algo más importante. Y en estas fechas, a menos de dos semanas del estreno, mi cabeza encuentra pocas cosas más importantes en su lista de prioridades. Arreglar el presupuesto, comprar, crear, hacer escenografía, comprar, crear, coser vestuario (mi madre y mi abuela estarían orgullosas si viesen el vestido de enfermera 50's que nos hemos sacado de la manga, sin más patrón que nuestro cuerpo... creo que pensaban que iba a ser la oveja negra de la máquina de coser), ensayos extra, escribir algo para el folleto (gracias, gracias, gracias ^^), ultimar detalles.






Ultimar detalles, en mi caso, es sinónimo de ser feliz. Tengo que reconocer que nos pone nerviosos y hace que salten nuestras diferencias, o posiblemente solo a mí, que mi estado de mamfíbia (recordadlo aquí) y los nervios a flor de piel me hacen estar más irritable. Pero es un irritable feliz. Y hay quien lo entiende. Compartir los nervios por que todo salga perfecto es sinónimo de haberlo hecho bien hasta ahora, de no quererlo estropear a falta de un último empujón. Todos sabemos que, al final, se llora de emoción. 


Mientras, yo me organizo mi atrezo mental y me lleno de energía empapándome en la banda sonora. Solo por la música, Hiroshima mon amour, ya vale la pena :)



sábado, 14 de abril de 2012

14 de abril





Yo, hoy, me acuerdo de ti.


Este año estoy condenada a acordarme de ti, abuelita Carlota. Hay un aura de complot sobre los acontecimientos que me rodean que han hecho, durante los últimos meses, que no pueda sacarte de mi cabeza. "Hiroshima mon amour" tiene una proporción de culpa suficientemente alta que hace que, cada miércoles, te recuerde cuando digo - em tallen el cabell al zero, amb molt de compte, creuen que és el seu deure rapar bé a les dones...- La coincidencia, totalmente casual y sin premeditación, de los últimos libros que han pasado por mi mesilla, Dime quién soy; Cuando leas esta carta y El jardín olvidado, el afán de sus protagonistas por buscar información sobre la vida de sus antepasados y la ambientación en la guerra civil han hecho el resto. Y hoy, de nuevo, me acuerdo de ti.


"...Hortensia tenía nueve años cuando en 1945 detuvieron a su tía Diana Mingorance Pérez, militante del Partido Comunista, entonces en clandestinidad, y a su amiga Carlota Samos, una modista comprometida también con los valores republicanos que bordó, al igual que hiciera Mariana Pineda, varias banderas tricolor con crespones negros que fueron instaladas un 14 de abril en distintos puntos estratégicos de la ciudad. 
Aquel atrevimientos les costó a ambas mujeres, entonces en plena juventud, una condena de tres años de cárcel, que cumplieron en la antigua prisión de Granada, según rememora Hortensia. "Mi tía no quería que saliera el nombre de Carlota; ella era una mujer que simpatizaba con la izquierda pero no pertenecía al PCE. Al final alguien la delató".
Tras la detención (...) fue trasladada al cuartelillo de la Guardia Civil del Albaicín, donde fue sometida a tortura por parte de los agentes del régimen al igual que le sucedería a Carlota, de cuyas heridas tardó en restablecerse dos meses.
(...) Carlota, en cambio, murió hace años aunque su recuerdo permanece imborrable en la memoria de Hortensia". Y en la mía








Te cuento, abuelita, que aquí las cosas se están poniendo feas, o eso dicen. 
Te cuento también que ahora está todo un poco cambiado; mientras tú luchabas por tus derechos colgando banderas en la clandestinidad, nosotros nos reímos 2.0 porque el fantasma de la República le ha puesto hoy la zancadilla al rey mientras cazaba en Botsuana. A la gente se le da genial el sarcasmo.Tú te estarías riendo con tu media sonrisa sarcástica también. Nosotros nos reímos 2.0 porque así aún nos dejan, aunque no sabemos hasta cuando. 
A la calle salimos a protestar, pero sólo a veces y tampoco tenemos muy claro si podremos seguir haciéndolo. ¿Te acuerdas de esos que os pegaban si salíais a la calle a quejaros? Sí, a esos también los tenemos, eso no ha cambiado.
Las mujeres siguen teniendo derecho a voto. Y siguen estando obligadas a ser madres si se quedan embarazadas, o casi. Creíamos que íbamos ganando derechos, pero pronto tendremos que irnos a abortar a Inglaterra, abuelita, igual que antes.
No tenemos dinero, la gente no tiene trabajo, las familias pierden sus casas y los jóvenes no tenemos futuro, pero le seguimos pagando las excursiones al Rey a la selva. Hoy, además, le hemos regalado una cadera nueva, que la suya se había roto.
Pero nos creemos muy modernos, abuelita, y eso es lo importante.


Y yo hoy, me acuerdo de ti. Y, como todo ha cambiado, te lo digo 2.0.

jueves, 12 de abril de 2012

Delacroixar



El que lo sepa pronunciar que levante la mano.


Vamos aprendiendo a aprovecharlo todo. Todo. Escucho a cada paso que doy aquello que me llama. Trato de no centrarme únicamente en el inicio y el final o me perdería todos los medios. Por suerte, no tengo demasiadas obligaciones reales ahora mismo y dejo que mi yo más impredecible se apoderé de mí algunas horas. 


Y así es como acabas, cuando creías ir de camino a casa, sentada en el parque de la Maternidad, un mediodía de sol espléndido, aprovechando dos de tus horas para empaparte de esos rayos que, aunque yo ayer no lo sabía, hoy nos han quitado, mientras ves la vida pasar, que de vez en cuando no está mal del todo dejar de ser tú el que pasas por la vida.  




Y así es como acabas, después de unas cuantas horas empapándote en la falta de sol y en alguna que otra gota, en sarcasmo de Twitter, en malas noticias y en recortes de derechos, quedando para ver una exposición de Delacroix. Que como ya dije, yo la pintura...entender no es que acabe de hacerlo, pero si a hablar se aprende hablando, a andar se aprende andando y a escribir se aprende escribiendo, digo yo que a apreciar el arte se aprenderá apreciando.


Y así es como pasas, otras dos horas de tu vida, sumergida en un mundo seminuevo. Últimamente estoy un poco cultureta, no lo negaré, pero empezaba a sentirme un tanto vacía de todo aquello que no era medicina. Como que había ido ocupando un espacio que no le pertenecía, que no estaba reservado para ella. Ahora, voy aprendiendo a aprovecharlo todo. Todo. Y escucho a cada paso que doy aquello que más me llama. Y por eso, soy un poco más feliz :)

martes, 10 de abril de 2012

Revolver



De volver, por segunda vez.


Aterrizando en 3,2,1 y ¡bum! Te quitan 15ºC de golpe. Una camiseta térmica intentando recordarte que tienes alma mediterránea y no estas hecha para esos climas, guantes, gorro, bufanda ¡¡qué es abril!!, cámara de fotos y ya estás preparada para darle a esos pies que gritarán clemencia en breve. 



Pero, es verdad, no defrauda el estilo nórdico, que te repiten en las revistas hasta la saciedad y yo aún tenía por ver, con sus ventanas de madera, sus casas altas y estrechas y esos tejados encantadores. Torres de iglesias y palacios hasta decir basta. Las farolas colgando, que a mí me tienen enamorada y con cuyas fotos podría llenar un álbum entero. Los árboles con sus yemas luchando por abrir en medio de ésta primavera nevada. El clima cuatripolar en cuestión de segundos, que me ha sorprendido incluso más que el irlandés. Y sus copos de nieve perfectamente estrellados.













Con una nueva bandera que coserle a la mochila y un país menos de mi wishlist "Visitar todos los países del mundo", me vuelvo con un nuevo reto: dibujar un trocito de cada país :)



Y ya con los pies en la tierra, diré que los paréntesis mentales de la vida cotidiana sientan extremadamente bien mientras vuelas, aunque el aterrizaje suela ser un tanto estruendoso.


Hoy, aun temiendo el inicio de enfangarme de nuevo en la rutina, celebro haber acabado, por fin y para siempre, las prácticas de la carrera. La ducha de alegría al quitarme la bata no ha tenido precio :D



jueves, 5 de abril de 2012

Veinticuatrhorear





En mi diccionario, dícese de poseer única y exclusivamente 24h para reponerse y emprender de nuevo.


Sí, reponerme, porque de cuatro días de carcajadas nonstop por Euskadi no te recuperas así como así. Dos noches enteras en un autobús, con sus recuerdos -retomados de lo más profundo- incluidos; Vitoria-Gasteiz, capital verde; desayunos con torrijas; paseos con sol; Zeledon, el machete y las cuatro torres; desenpolvar el poquito euskera que sabía; Pastamancio Ortega y su fortuna; pintxos -con lo pesada que me he puesto yo siempre con eso-; el pepino repite, el pepino repite, el pepino repite; la catedral y sus supuestas no fotos; desayunos con tostadas; paseos con lluvia; noches largas de bebedizo; bolsitas de té; amigos de la noche cuyo listón tardará en ser superado; jugar por primera vez a los dardos o regocijarme en mi torpeza; confianza ciega a altas horas de la madrugada; "vamo' vamo' vamo' vamo' a ver, sexy Rita"; Maialen, Izaskun, Josu y Aitziber; Bilbao y su Guggenheim "orgánico"; intentar salvar el mundo con un gintonic de gotitas de amor en la mano; la ratita; un pie hecho crema y una espalda coja; gildas y la babilla que se me cae solo de recordarlas; "¿esto es hojaldre?", "sois cuatro, ¿tenéis futbolín en casa?", "el jamón de la dehesa es bueno y el de la izquierda también", "hacedle entender que mis 750 g de carne no van a reposar en sus posaderas" y un no parar; las mil y una despedidas... Y ya me callo.

Si soy capaz de todo eso y mucho más en cuatro días ¿que no puedo hacer si me dan 24 h? 

Llegar con ese sabor agridulce, dolor de espalda y claudicación de pies; dormir de día, no comer; deshacer una mochila, ver que no tengo calcetines limpios, preparar una nueva mochila apta para temperaturas de 0º (¡¡uuuuh!!); conocer un grupo nuevo de música; ordenar mi pequeño caos -un poco-; llamar a casa mil veces para que mi ropa y la de mi madre no coincidan; hojear la guía de Copenhague; mirar el tiempo y salir a comprar un paraguas, comprar calcetines, (ya que estamos); estrenar mi Moleskine, dejarla preparada para los próximos días; imprimir los checkin de toda la familia; llegar a casa y darme cuenta de que la han invadido los franceses, saludos, presentaciones y cervezas; escribir un post.


Y a estas horas, me está creciendo una capa de SuperWoman de la espalda. ¡¡Para que después venga Gallardón y diga que si no ejerzo mi derecho (¿deber?) a ser madre no soy una "auténtica mujer"!!

Y con esto y un bizcocho... yo sigo con mis vacaciones y mi capacidad de ser envidiada :)

Vosotros mientras podéis cantar "¡dubi-dú, quiero ser como túúúú!"