viernes, 27 de julio de 2012

Crónicas MIRicas. vol.I





O el equivalente a un mes.


Y pasado uno ya "sólo" quedan seis.


Se cumplen los primeros 30 días de clausura el mismo día que llega la noticia de los cambios del próximo MIR. Es bien sabido que escogimos esta carrera porque nos gusta la emoción, la incertidumbre, improvisar... ¿veis la ironía? ¡un médico no improvisa! Nos basamos el algoritmos y ante la improvisación hiperventilamos y damos vueltas sobre nosotros mismos.


Un mes con sus correspondientes cuatro domingos de descanso, cuatro sábados de academia y sus 22 días de estudio, con todas sus mañanas y sus tardes. Suficientes para adoptar mil nuevas técnicas de estudio - ahora existe la libreta por orden alfabético y los post its de colores pegados en el armario-; para descubrir que si duermo más de seis horas por la noche, durante el día me muero de sueño (increíble pero cierto, llevaba toda la vida haciéndolo al revés); decidir con qué bolígrafo se escribe mejor, con una letra más bonita y más deprisa; probar infinitas medidas antisueño -el chicle, la siesta con baba sobre la mesa, el té, el agua, la manzana, el paseo hasta el baño, el twitter- todas sin éxito; aprovechar que no es verano para mí y ponerme a régimen tres veces con sus respectivas recaída; escoger EL sitio en la biblioteca. O cosas tan absurdas como intentar usar una agenda cuando las he odiado toda la vida o sustituir mi lápiz -el de toda la carrera-.


Mil y una oportunidades de exprimir al máximo esta cabecita loca. Es un proceso de experimentación diaria ultraorganizada. ¿Incongruente? Puede que sí. Pero hiperventilar y dar vueltas no beneficiaría a nadie.


Y, para celebrar este primer mes, justo hoy he visto un anuncio que decía algo así como "Para que tú que te has quedado en casa estudiando no te pierdas nada de las vacaciones familiares" ¡Tendrán valor! Me pierdo las vacaciones familiares, que no es poco. Eso sí, disfruto cada domingo de no-estudio como si fuese el último. 




Y ¡¡por fin es viernes!! ¡¡Feliz fin de semana de no-estudio a todos!! :)


PD.: hoy, de una vez por todas, cerré el expediente. Me dieron un título provisional. Creo que, a efectos prácticos, tengo ya mi título de médico en mano :)


lunes, 23 de julio de 2012

Plantar



En agua.

¡¡Pasen!! ¡¡Pasen y vean mi Nasty Monday!! 

Llegar a Barcelona, después de llevar horas viendo noticias sobre los incendio de La Jonquera, y que se te caiga el alma a los pies al ver los tejados de la ciudad emborronados por el humo y con un ,bastante, fuerte olor a quemado, que se nota incluso dentro de casa. Que te entren ganas de llorar. 
Decidir que tienes demasiado sueño y morriña -sí, algunas veces al volver de casa me pega fuerte- para ir a la biblioteca, a fingir que te concentras, que te quedarás en casa -¡ojo! autoengaño- y estudiarás aquí, aquí, a 23 de julio, seguirás estudiando. Con seis meses por delante aún.
Leer las noticias. Recomiendan a Grecia que vuelva al Dracma.
Leer y releer (esto ya me viene del domingo) que "las malformaciones del feto no serán un supuestos para abortar" - respecto a esto y sobre como yo juré "sobre todo, no ejerceré la maleficencia" y lo que opino en cuanto a como dejar nacer a un niño  que sufrirá toda su vida es condenarlo a tortura, podría escribir un post entero-. Montar en cólera.
Oír que "se tienen que acabar las mamandurrias". Y un suma y sigue.

El día no se ha arreglado. Las malas noticias no van a desaparecer de un día para otro. Pero miro mis nuevas plantitas y me digo ¡míralas que monas! Siempre he vivido en casas con plantas. En Italia como no teníamos...planté cebollas y patatas -el dinero me lo tenía que guardar para cervezas-que se helaron con las nevadas. Y aquí, hasta hoy, no había más que una planta seca en la terraza. Así que ayer, bote de mermelada, botella de cerveza Sol y esmaltes de uñas en mano, me dediqué a un DIY de botes para plantas de agua. Reducir-Reutilizar-Reciclar, que te adornen el salón y le den una poco de vida verde :)
Es importante que las plantas puedan crecer en agua si no tienes ni un solo segundo que dedicarles. Que no estamos para más naturaleza muerta.



Y como de "plantar" va la cosa, una ayudita desde aquí a #1català1arbre.

viernes, 20 de julio de 2012

Egogirar





A mi alrededor. Yo, mi, me, conmigo y mis uñas.


Me empiezo a convertir en autómata. 
Suena el despertador, las 7:05. Maldigo el mundo. Resuena una y otra vez hasta las 7:35 -porque sólo puedo poner la alarma en horas que acaben en 5, soy así, rara-. Me levanto, pelos de loca, ojos de besugo, boca de pato -después mejoro, un poco-. Pongo una taza con agua en el microondas, siempre la misma, tengo más, pero uso esa. Me ducho. Me visto, porque está mal visto salir a la calle desnudo, aquí al menos. Desayuno sentada en la terraza, cada día lo mismo, aunque a veces, sólo a veces, cambio el sabor del té. Me pregunto cómo es posible que yo aún esté luchando por despegar los párpados y la abuelita de enfrente ya esté tendiendo la lavadora. Salgo de casa. 


Llego al Clínico, atravieso la desesperante puerta giratoria, son entre las 9:05 y las 9:20. Subo a la biblioteca y estudio. Me aburro. Miro Twitter. Estudio. Mastico un chicle con sabor a ambientador que, sospecho, es de liberación prolongada de sueño maligno. Estudio. Por suerte, como en casa, desconecto. Vuelvo a estudiar. 


Llego a casa a las 20h -aprox-. Rezo para que mi compañero de piso esté haciendo la cena y me invite. Y, después, muero. 


Suena el despertador, las 7:05. Maldigo el...


Y en estas circunstancias, he ideado el mejor y más barato método indicador de "es momento de que hagas algo por y para ti": el nivel descamativo del esmalte de uñas. Cuando el índice "zona aún pintada / zona carcomida" es menor o igual a 1 suena la alarma y es el momento de aplazar el apasionante mundo del ratón de biblioteca, hacer un esfuerzo y dedicarme tiempo. Me doy una ducha más larga de lo normal, me compro una crema hidratante que huela bien -espacio publicitario gratuito: Mercadona tiene unos botes increíbles de mil olores nuevos- me arreglo las uñas y a veces, incluso, ¡¡me depilo!!. 


Y, oye, parecerá una tontería, pero volverse a sentir mujer a mí me hace muy feliz.


Nivel de felicidad: uñas de manos y pies color verde esperanza :D




Y no solo eso, sino que cualquier excusa es buena para probar mi cámara nueva :)

lunes, 16 de julio de 2012

Dylanear



Como "veranear" pero con Dylan.

O la crónica del que será para siempre el mejor concierto de mi vida. Como mínimo, en cuanto a nivel.

Y es que a grandes males, grandes soluciones - también llamadas "padres espléndidos que hacen regalos de cumpleaños inmejorables"-. Tras algo más de dos meses de espera, ¡sí, dos! y ya casi tres semanas de estudio, por fin, ayer, llego el día. Cuando el año pasado Bob Dylan tocó en Milán me di cuenta de que o me daba prisa o el pobre dejaba de cantar antes de que lo viese. 

Todo el día me pasé nerviosa. Nervios nivel quinceañera. De los de dar vueltas por casa sin rumbo. De los de meterme en la ducha con las gafas puestas. Sólo me repetía -Patri, es Bob Dylan-. Y así, sin acabármelo de creer, hasta que me vi sentada en aquella grada, después de 2 horas de viaje y algunos minutos de pérdida irremediable, disfrazados vestidos para la ocasión (arréglate que va gente importante y bien vestida, decía un whatsapp que me había llegado unas horas antes), rodeados por unos jardines magníficos con vistas al mar y frío, mucho frío.

Con sus característicos sombrero blanco, la armónica, su sólo casi media sonrisa y silencio entre canción y canción. Allí estaba. Y yo también. Imposible incluso tararear cada canción, Dylan hace su versión de su versión en cada canción. Y a sus 71 años, allí estaba, al teclado, a la guitarra, al piano, a la armónica, dándolo todo. Consiguiendo que con "Like a Rolling Stone" la gente de las primeras filas se abalanzase sobre el escenario y nosotros, que estábamos bastante lejos, pudiésemos salir corriendo escaleras abajo, mientras a mí me temblaban las manos, hasta llegar a la segunda fila de la gente emocionada. 

Lo reconozco, se me saltaron las lágrimas cuando me vi allí, mientras sonaba "Blowing in the wind".











martes, 10 de julio de 2012

Solear



Algo a día de hoy muy excepcional y de carácter casi festivo.


No. Me niego. Me niego a ser capaz de camuflarme con los subrayadores a final de verano con mi piel color blanco fluorescente made in biblioteca.


Que dicen que la luz del sol es buena para la salud. Pues en eso estoy yo. Con cosas buenas para la salud. Cardiología, sol. Psiquiatría, sol. Y así sucesivamente. Algo bueno para la salud de los otros, algo para la mía. Una para ti, una para mí. Equitativo.


Absorbo sol, chapoteo y giro en medio de una brújula. ¡¡Y lo hago incluso sin ser domingo!! ¡Temblad! Que vivo al límite...y tomo el sol durante mis supuestas horas de estudio.  

domingo, 8 de julio de 2012

Oh! Wait...





¡¡Pero si yo tenía un blog!!


Cual calcetín favorito que encuentras el día de limpieza general detrás de la cama, camuflado por las marañas de polvo, abandonado, sucio, solitario, de color pardo, pidiendo a gritos un rescate... tras unos días de reorganización mental, visualización y asentamiento, levanto el historial de internet y allí está, descolorido, mi blog.


Ése que tanto me ayudó cuando los ánimos flaqueaban y que poco a poco se fue convirtiendo en necesidad. El mismo que cuando el tiempo falta y las obligaciones aprietan queda relegado en un rincón.


Tras hacerme a la idea de que mi vida como universitaria se ha acabado, un par de viajes -alguno más fugaz y con más lluvia, o no, que otro- y mis ya dos primeras semanas como estudiante de MIR, me propongo a compartir con la misma frecuencia -o casi- que antes todas aquellas cosas que me mantienen viva -y que os permito copiar si lo creéis oportuno-, porque ahora, más que nunca, necesito aprovechar mis únicas dos horas diarias libres fuera de la biblioteca para poder mantener mi preciada salud mental.


Y para empezar, una promesa de saliva (de las que se rompen fácil, no vaya a ser que mañana cambie de opinión) y algo que hacía tiempo tenía ganas de hacer: un historial de viajes. Para viajar conmigo a mis últimos destinos, un click en la brújula de la izquierda. Para no viajar, no hacerlo -yo es que soy muy práctica-.


Por fin, volviendo a dar guerra :)



PD.: Brújula de viajes aún under construction.